Las entidades financieras desde finales de los años sesenta, con el advenimiento y la incorporación de las primeras computadoras mainframe y computadoras personales en los servicios centrales, han ido mecanizando progresivamente operaciones y procesos internos que eran muy intensivos en papel y mano de obra. Esta se puede llamar la primera oleada de adopción de las TICs y permitió procesar operaciones cada vez más complejas de manera más eficiente y sencilla. Pero el mundo demanda cada vez más simplicidad y rapidez en casi todos los aspectos de la vida diaria.
Recordemos que hace diez años atrás, los usuarios todavía tenían que hacer largas filas en los bancos para realizar diferentes transacciones, hoy el panorama cambió completamente.
Ahora podemos ver que la experiencia del usuario en banca pasa, poco a poco, de ser masiva y despersonalizada a ser interactiva, personalizada, informativa y de alta calidad. Esto se debe principalmente a tres grandes avances tecnológicos:
- Redes de banda ancha y Dispositivos móviles inteligentes: Nos brindan nuevos canales de atención y distribución de servicios financieros.
- Servicios de computación en la nube: La computación en la nube o cloud computing ofrece más eficiencia, flexibilidad y escalabilidad que los sistemas centralizados tradicionales.
- Explotación de grandes cantidades de datos (big data) y la inteligencia artificial: La interacción entre empresas y consumidores a través de canales digitales ha generado una explosión en el volumen de datos disponibles, y la mayor capacidad de computación ha permitido procesarlos y explotarlos con nuevas herramientas predictivas.
El nuevo entorno digital dará lugar a la innovación en uno de los puntos débiles del banco tradicional. Por ejemplo:
- Transacciones más seguras: La banca digital se concentra en proveer seguridad y protección de los datos en las operaciones financieras. También implica una mayor seguridad para los usuarios, evitando delitos que se podrían sufrir con las operaciones físicas.
- Productos más accesibles: Los canales digitales facilitan los procedimientos para solicitar y adquirir nuevos productos sin moverse del hogar.
- Más información sobre los productos: Los usuarios encuentran más fácilmente información sobre medios de pago, valores, créditos, tasas de interés, etc.
- Ahorro de tiempo: La posibilidad de realizar todas las transacciones financieras a través de una computadora, celular o Tablet evita que los usuarios tengan que ir al banco físicamente.
En realidad, gracias a la transformación digital, las aplicaciones en el sector financiero son múltiples e irán aumentando con el tiempo, como:
- Utilización de nuevas fuentes de datos en el análisis de riesgo crediticio
- Identificación de transacciones sospechosas de fraude o blanqueo de capitales
- Mayor personalización de las ofertas comerciales y asesoramiento financiero
- Automatización con robótica y Chatbots
- NLP (procesamiento del lenguaje natural)
- Inteligencia Artificial
- Robo-advisors y quant-advisors,
- Blockchain y criptomonedas
Así mismo, hay nuevas empresas que han aprovechado la transformación digital para irrumpir en el sector financiero, reciben comúnmente el nombre de fintechs, un concepto que alude a las palabras finanzas y tecnología en inglés. Estas empresas emergentes suelen estar especializadas en un producto o servicio financiero en concreto y a veces también en un segmento de clientes.
Kambista, MiBolsillo, PayU, PagoFacil, MiCambio
Además, en los últimos años, nuevos jugadores están haciendo su incursión en el sector financiero: grandes empresas tecnológicas con posiciones ya consolidadas en los mercados digitales. Por ejemplo, Amazon, Facebook o Apple en Estados Unidos y Europa o de Alibaba o Tencent en China. Al igual que las fintechs, estas empresas también ofrecen productos y servicios financieros específicos, integrándolos en muchos casos, en una nueva y propia propuesta de valor.
La banca digital debe pasar a formar parte de la cultura de la organización y de nuestro día a día.
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